El pasado 16 de marzo Berri Txarrak presentó en la sala Tótem su último disco, Haria. A lo largo de todos estos años han ofrecido algo distinto en cada disco que han ido publicando. En sus inicios se podía calificar al grupo en lo que conocemos como punk-rock, a día de hoy decimos que su sonido se encuadra dentro del rock, en el sentido más amplio del término. Apreciamos influencias del post-hardcore, o post-rock, del metal, del rock progresivo, del grunge e incluso del pop, incluyendo diferentes sonidos experimentales. En este último disco han logrado concentrar esa mezcla de influencias en canciones con una media de tres minutos y medio de duración, y crear una propuesta con un sonido totalmente centrado, sólido y definido.
Como teloneros abrieron la noche los holandeses Not to Amy, con influencias del metal de los noventa adaptadas al punk-rock actual. A continuación llegó el turno de Gaur Ez, grupo local con sonidos propios del post-hardcore experimental, una propuesta valiente y arriesgada para el euskal rock más alternativo.
Llegó el momento tan esperado por el público que llenaba toda la sala, ese público que había agotado las entradas días antes, un público increíblemente variado, integrado por personas de diferentes edades, estilo, o condición, todo ellos esperando la salida a escena del trío de Lekunberri. Berri Txarrak comenzó el concierto con tres de los temas del disco presentado, quedando abierto de esta forma un setlist muy equilibrado. El increíble trabajo de la técnico de luces consiguió crear un espectáculo a la altura del la puesta en escena y del sonido espectacularmente bueno que ofreció Berri Txarrak. El público se mostró entregado y con total satisfacción en temas tan conocidos como Jaio.Musika.Hil, Payola, Ez, Oreka (reescrito del hit ya conocido), Eskuak, Maravillas, o Denak ez du balio. El grupo finalizó su actuación con la apoteósica interpretación de Stereo y Oihu, convirtiendo la sala en un auténtico clamor.